jueves, 22 de noviembre de 2007

Hacer gala de nada

debilidad_divina dijo en 29/07/07 01:22 AM …


¿Cómo estás cuándo no estás? Sólo puedo adivinar, pero contigo se antoja imposible. Seguramente nunca estás donde podría creer y menos como quisiera que estuvieras. En fin, esto de hacer algo que no quería hacer para poder realizar otras cosas simples y banales, mucho ruido y pocas nueces: Fotolog. Tanta molestia para dejarte una marca donde, precisamente, marcas no quedan. Antes las palabras se las llevaba el viento, ahora la luz. (Debería ser una ironía, pero creo que me salió mal). Viejos tiempos aquellos donde uñas y dientes dejaban verdaderas marcas testimoniales, con la aparatosidad de sus correspondientes actos. Luego las palabras creadoras de marcas algunas veces indelebles y otras tantas invisibles acarreadas por el aire. Ya no, ni siquiera de materia celulosa. Ahora pura luz.

¿Por qué no te has roto el cuello?

Si lo que buscas es mi bendición para tu suicidio, si lo que quieres es un compadecimiento redundante, pues he llegado cuando tú ya sentías lástima de ti, me quedan ganas por preguntarte: ¿por qué no te has roto el cuello?

Supiste siempre que sólo te iba a amar. Desde que me conoces sabes que siempre te intento penetrar como pocos se atreven o pueden. También eras consciente de que soy muy complicado las más de las veces: es difícil admitir que no sé lo que quiero. Pero aún así aceptaste mis caricias ubicuas, insistentes y lascivas. Tomaste mis besos, que te ahogaban, y te los bebiste todos: yo te vi. Entonces, ¿por qué sugieres que no te ame, que te deje ir, además, que sienta lástima por ti?

Esto de las patologías amorosas puede ser sal de la vida, incluso para quien goza de una existencia con notas patéticas. Sin embargo, es el colmo del tedio lo que me ha empujado a rechazarlas.

jueves, 8 de noviembre de 2007

Alcoholismo

faiblesse de Dieu dijo en 16/06/07 02:25 AM …

No bebas porque te coge la botella.
No te devuelve los besos, pero te traga desde tu propia hambre. Entonces las sombras de tu mirada se pasean acuosas en la penumbra. El cantinero te llama con la voz de tu padre muerto esa otra noche y las cosas se tornan seres vivos, deseos sueltos en el anochecer de la inconsciencia. Su voz inerte, la de las cosas, es una oquedad en la parte herida del alma. La botella se inclina, con su vacío aspira para quitarte la sed. Se apropia de tu hueco más hondo, ese por donde se ha asomado solamente la preciosa locura. Miras con horror brillar otra vez el rostro de la muerte, su sonrisa olvidada... es la mancha que se escurre entre los recuerdos. Lleva un nombre perdido, aquello que has tratado de olvidar cuando repites el rito del alcohol. Sueñas tras el humo, para convocar esas voces sucias. Antes del alba los fantasmas te han dejado sola.

miércoles, 7 de noviembre de 2007

Los mejores amigos

faiblesse de Dieu dijo en 19/06/07 02:22 AM

Mi oficio es recoger perros callejeros. Son tristes y como yo también soy triste nos hundimos en una larga borrachera de melancolía. Cierta vez aparecí inconsciente junto al horizonte, parturiento de alba él, rodeada de perros yo. A pesar de lo que se diga, algunos canes son ingratos, color de cuervo y ojos de luna al revés. Ellos me carcomen las uñas como mis ansias de ayer. Les grito, me ladran y luego aullan matando fantasmas, luces de noche que nadie ha encendido. Lamen mis heridas para mamar mi leche roja, mientras caigo en un sueño profundo. A media noche un mal sueño: "yo soy tu padre", los perros se han ido velozmente escurriendo en los rincones de la oscuridad.

martes, 6 de noviembre de 2007

falsa poesía

faiblesse de Dieu dijo en 1/06/07 04:24 PM …

No apagues en mí la luz.
Esto es una habitación vieja, donde el polvo juega a dar existencia a las cosas cotidianas. Las ventanas abiertas dejan transitar el aire vivo de las calles, acariciándole con el púrpura de sus manos. Trae mezclados secos perfumes del descuidado parque municipal. Son mesitas de madera, sillas desiguales y un atiborrado librero metafísicos los que dictan la realidad interior de este cuarto.
Caminar hacia el secreter es condensar las ausencias, habitar el silencio invadiéndolo a cada paso, en el roce de los brazos con la ropa, en la respiración pública.
La presencia es un desgaste, una insistencia y un rechazo flotante. Se dice que sí, porque se teme al no, si es que la afirmación no es una ídolo o un fantasma. ¿En qué creen los que creen creer?
Lo más divertido es dudar de la existencia, rebelarse contra Descartes, y jugar a decir que sí a todo sólo porque sí.
Quienquiera encontrará así su respuesta, cuando se acerque, en el regalo de mi voz profunda. Voz sin truenos ni murmullos, insistencia del aire tibio que me llena. Grito que hace tiempo se quebró.

Esa misma piedra

Repetir, reincidir, no tropezar sino golpear la misma piedra una y otra vez. Afanarse en ser estúpido para poder reprochárselo después a nadie más que a sí mismo. Excusar a los demás, no por fortaleza, sino por debilidad o más bien pereza de ser como si los otros fueran algo más: ser de los “demás” es ser de los de menos.