¿Cómo estás cuándo no estás? Sólo puedo adivinar, pero contigo se antoja imposible. Seguramente nunca estás donde podría creer y menos como quisiera que estuvieras. En fin, esto de hacer algo que no quería hacer para poder realizar otras cosas simples y banales, mucho ruido y pocas nueces: Fotolog. Tanta molestia para dejarte una marca donde, precisamente, marcas no quedan. Antes las palabras se las llevaba el viento, ahora la luz. (Debería ser una ironía, pero creo que me salió mal). Viejos tiempos aquellos donde uñas y dientes dejaban verdaderas marcas testimoniales, con la aparatosidad de sus correspondientes actos. Luego las palabras creadoras de marcas algunas veces indelebles y otras tantas invisibles acarreadas por el aire. Ya no, ni siquiera de materia celulosa. Ahora pura luz.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
1 comentario:
No le entendí o no le puse atención... le voy más a la primera.
Saludos
Publicar un comentario