Si lo que buscas es mi bendición para tu suicidio, si lo que quieres es un compadecimiento redundante, pues he llegado cuando tú ya sentías lástima de ti, me quedan ganas por preguntarte: ¿por qué no te has roto el cuello?
Supiste siempre que sólo te iba a amar. Desde que me conoces sabes que siempre te intento penetrar como pocos se atreven o pueden. También eras consciente de que soy muy complicado las más de las veces: es difícil admitir que no sé lo que quiero. Pero aún así aceptaste mis caricias ubicuas, insistentes y lascivas. Tomaste mis besos, que te ahogaban, y te los bebiste todos: yo te vi. Entonces, ¿por qué sugieres que no te ame, que te deje ir, además, que sienta lástima por ti?
Esto de las patologías amorosas puede ser sal de la vida, incluso para quien goza de una existencia con notas patéticas. Sin embargo, es el colmo del tedio lo que me ha empujado a rechazarlas.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
1 comentario:
divertido escrito... ah no es "divertido el texto que ha pubicado en la internet" pero no hablaré de eso, tú que todo lo sabes ¿como puedo sacar las imagenes de mi cabeza a la pc o bien a diapositivas de marca kodak? a ver dime !! jeje saludos
Publicar un comentario