lunes, 8 de octubre de 2007

Anécdota

Te he buscado para saber si te encontrabas mejor, pero nadie respondió al teléfono. Ojalá todo haya sido un malestar pasajero y nada más preocupante.

Por otra parte, creo que es bueno que tu cuerpo por fin asimile un mal real en lugar de las marcas artificiales que tú le impones. Desafortunadamente lo ves como un cuerpo cristiano y no como tu propio cuerpo. Lo castigas por ser la bolsa desechable donde has puesto tu alma herida y lo hiendes como si a través de la piel pudieras reencontrarte, ubicar tu parte más esencial o tan sólo un contenido. Pero desde que eres tiempo ocupando un espacio deberías aceptar que la piel es el lugar de juego del placer. Es el cajón de arena para tus fantasías donde construyes castillos que no son de aire.

Con la piel envuelves al mundo, con tu cuerpo haces oficio de Atlas soportando físicamente todo su peso. Al menos si se trata de un virus u otro “cuerpo extraño” es algo mucho más real, que lo engendros fantasmales que llevas adentro, los cuales quieres dejar salir a medias entre tus heridas.

Alíviate,
Cúrate, es decir, cuida de ti.
Aliviánate. (Del lat. Alleviāre) 5. tr. fig. descargar de superfluidades el cuerpo o sus órganos. Ú. t. c. prnl.

2 comentarios:

Mandarina dijo...

Interesante!

Viajera Infinita dijo...

hola, sinceramente no entendi tu comentario, pero gracias por pasar a firmar, no se si habras leido todo... que mas da. saludos.

que tengas buen día.