La existencia no es una presencia.
La existencia no es un pensamiento.
La existencia no es solamente
un sentimiento.
No es tampoco, como piensan algunos,
pura voluntad.
La existencia no es material. Pero
cuantas veces la he saboreado
en el azúcar.
La existencia no es inmaterial.
Aunque muchas veces la he confundido
con un fantasma de colores oscuros.
La existencia no es cobardía ni arrojo.
No es un flato, mucho menos un flato puro.
La existencia no está ahí. No es la noche
infinita ni la nada angustiante.
La existencia es complicada, pero no sólo eso.
La existencia puede ser tan sencilla
como un pan.
La existencia no está en los animales,
ni en las piedras,
menos en el hombre.
La existencia no es algo meramente
artificial.
La existencia no puede ser trascendental.
Tampoco puede llamarse ser.
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