sábado, 29 de septiembre de 2007

Persistencia

El problema de raíz es que posamos nuestros pies sobre la tierra. Nos conectamos con todo a través de la piel. Sin ella desaparecemos... o quizás no volvemos sólo indistinguibles. En fin, el punto es que de alguna manera lo que sale de nosotros, por ejemplo, nuestras palabras, vienen a ser parte de la tierra, aunque se pierdan al momento. Tal vez sea lo más parecido a sembrar: las palabras son llevadas por el viento, más tarde nosotros también lo seremos. Ahora queda suponer que el aire corre hacia algún lugar o no va hacia ningún lado. Pensar que va a ningún lugar es confortador, pues hasta ahí llega todo. Pero si tiene un destino, aunque sea oscuro, siempre habrá una oportunidad para la luz.

Sé que algunas veces no debo decirte las cosas mal, pues estaré sembrando el aire y los fantasmas que alcanzaré alguna vez. Estaremos ahí todos. Sin embargo, no hay nada más persistente que la estupidez, probablemente porque tenga su raíz hundida en la pasión más elemental. No es excusa, sino confesión. Tú sabes que tengo también palabras bellas para ti.
Sólo ven y abre mi boca.
...
Amar é pensar.
E eu quase que me esqueço de sentir só de pensar nela (Pessoa).

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